10 de marzo de 2011

Aquí falta algo

Recuerdo la vida cuando solía ser más simple
o quizás yo me volví más complicado,
no sé, tal vez se me fueron las ganas
de aventar ideas,
de apedrear ventanas.

Las sombras de otros días
arrojan un emblema de silencio
marcado al compás de mil latidos constantes
que se esfuman en el tiempo.

Amor y desamor,
soledad o compañía,
amigo y verdugo al mismo tiempo;
las cuerdas de mi guitarra ya no suenan igual
o serán mis manos que ya no saben de caricias.

Esta madrugada es sintética
en yuxtaposición a la noche anterior,
y sin saberlo me quedé despierto
esperando un día nuevo donde todo brille
y me devuelva la esperanza de un nuevo comienzo.

Dulces y simples detalles de la vida
encaminarían de nuevo a este corazón quebrado,
que sueña con vivir
y ser el metrónomo de la vida de alguien más.

Falsa poesía la vida que nos queda
si la realidad es otra,
distinta a la que deseamos
y sin embargo llevamos la rima a otro nivel
cuando decidimos que la calma no está en el egoísmo
sino en la disposición de compartir los días
con la persona a quien podemos aprender a amar.

Aquí falta algo,
una promesa, un juramento, una canción;
sobrevivir a la tempestad en solitario
y triunfar en una isla desierta.

Se seca mi piel impermeable
pero mis huesos siguen húmedos
por las lágrimas que no brotaron.
Soy más que un simple fantasma...
También existo, aunque no lo creas.

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