27 de diciembre de 2010

Infinitamente bella

Viento suave y tibio...
¿Has notado cómo se estremecen los árboles
al andar tú por las calles? Esas calles bendecidas,
y las flores sueñan abandonar su aroma y ternura
para volverse mujer al verte pasar.

Eres suavidad, delicadeza envuelta en piel,
como una dulce nota de música repentina
entre un silencio absoluto e inerte;
las obras maestras deberían llevar tu nombre
que marca espacio, existencia preciosa.

Siempre que la luz proyecte tu sombra
habrá esperanza para un suelo aparentemente muerto,
pero contigo todo cobra vida
y se seca el rocío de la creación
para humectar tus dos ojos brillantes, fantásticos.

No se hable más,
verte lo dice todo cuando ni las palabras
encuentran fonética para describirte.
Tus manos deben llevar tranquilidad,
tu presencia, calor, luz y vida...
Quién necesita al Sol teniéndote cerca.

Sonríe, eres agua que corre y alimenta sueños,
eres de otro universo y sin embargo llenas este espacio.
Queda tu brillo en días como hoy,
queda tu existencia para hacerme sonreír desde acá,
quedas tú, no hace falta nada más...
Mujer, infinitamente bella.

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