Es allí donde te encuentro
siempre que vuelvo a necesitarte,
en ese camino pintado de recuerdos tuyos
que aún visito de vez en cuando
para verte a pesar de que estés tan lejos.
Ese camino guarda meses de mi vida,
meses que cambiaron todo,
tantos días en los cuales
entre mi silencio te dije cuánto te quería.
Tu voz aún rebota entre las paredes
y los árboles de aquel camino
que se congeló en el tiempo,
el cual nunca he dejado de ver
igual como cuando estabas aquí.
Tú ya no eres la misma, yo tampoco.
Pero en ese lugar de alguna forma
seguimos siendo los de ayer,
el par de extraños que debían dejar de serlo.
El viento sigue corriendo suave
como en aquel septiembre,
el cielo vuelve a estar sin nubes
y mi mano sigue pidiendo que vuelvas.
No creerías cuánto sigo pensándote,
todos estos años no han podido borrar
cada detalle de tu rostro suave
ni tus pasos a los que, sin que tú supieras,
les puse ritmo y hoy son la canción
que me acompaña cada vez que te recuerdo.
Ese camino tiene tu nombre,
allí nunca amanece ni anochece,
allí siempre son las cuatro de la tarde...
una tarde de septiembre.
Abrazarás a otro, ¡maldición!
Estarás abrazando a otro (duele),
y mientras tanto yo sigo aquí
encerrado en este camino
que te mantiene vívida para mi bienestar gris.
Sea como sea, lo que siento sigue intacto,
firme y fiel como un prolongado suspiro
que empezó cuando te vi por primera vez,
continúa hasta el día de hoy
y terminará hasta que yo muera.
(Gracias, camino. Volveré muy pronto).
Algún día volveré
-
Algún día volveré a ser un fantasma,
tal vez en forma de memoria
o a manera de un ex humano
que merodea entre dimensiones.
Pero por ahora vivo y muero
un dí...
Hace 5 años