y colores en el cielo nocturno
mientras te pienso y siento
como si estuvieras viéndome
y sin embargo no lo estás.
Estás distraída,
y sin que tengas una pizca de idea
eres la nube en que camino,
el palpitar con el que vivo
y el sueño de cada una de mis noches.
Noches rojizas que tiemblan de nostalgia,
puertas que conducen a los recuerdos
de aquellos tiempos cuando nuestro adiós
se repetía tantas veces como fuera necesario.
Necesario es que estés aquí,
entonces las flores volverán a tener algún sentido
y la Luna no callará más...
Tu voz le pone música hasta a las piedras.
Piedras y arena
hay en este camino sin ti,
vuelve la sequía de extrañarte
y de sentirte cerca, aunque estés tan lejos.
Lejos de mi realidad,
alcánzame en otra nube
y levántame de esta fría soledad,
no me hagas gritarle al vacío que regreses.
No me hagas susurrarle a la noche que regreses,
esta noche ya es lo suficientemente oscura
y rebota el eco de tu nombre en cada estrella...
Mi universo está repleto de cosas tuyas.
Tú ya no volverás,
por más que desgarre mi voz
o en silencio llore destellos de melancolía,
ya no volverás
y sin embargo no hay noche que no piense en ti.
Adieu mon amour.
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