30 de enero de 2011

Te espero entre los silencios

Entre los silencios, el eco de tus palabras...
Te esfumas en la línea del horizonte
y aún tu mirada es mi atmósfera,
vienes de vez en cuando para apoderarte
de todos esos silencios que existen únicamente por ti.

Siempre que te vas queda algo tuyo,
las palabras dulces, un aroma fresco
que encanta y diluye ilusiones,
o quizás las alimenta.

Esta fuerza invisible que nos atrae todo el tiempo,
girando uno alrededor del otro
como Luna y Tierra que se miran de frente todo el tiempo
pero nunca se abrazan, ni un roce, ni una caricia.

Me adelanto al tiempo para proveerme de sueños,
caen las hojas de un árbol que inventé para ti
junto con el viento para que mueva tu cabello
y me haga suspirar en silencio, desde lejos.

A pesar de todo lo que dijimos
no deja de existir entre nosotros
la paz de hacernos compañía,
mientras las guerras del pasado se han vuelto historia
al igual que aquel Tú y yo que fue tan nuestro.

Arráncame los brazos...
No me sirven de nada si no estás en ellos;
llévate mis labios que no besan sin ti
ni hablan palabras de amor desde que no estás.

Juegos crueles esos del corazón,
donde uno gana mientras el otro pierde
y se estancan los mañanas sin sol, sin luz;
duele tanto decirlo, pero... sin ti.

Entiende mis deseos disfrazados de palabras al azar
que buscan tocar tu interior,
que provoquen un éxodo de emociones
desde el centro de tu alma y me busquen
sabiendo que es aquí a donde pertenecen.

Te espero, entre la nada que dejaste
y el todo que trae tan siquiera tu recuerdo...
Ven pronto y trae contigo la esfera
donde siempre hemos existido tan solo tú y yo.

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