2 de junio de 2015

Te espero

... y te he esperado desde siempre.

Quiero ser testigo de tu mirada brillante,
como ver llegar nuevos amaneceres
cargados de esperanzas distintas.

Anda, ven y entra en esta vida
en la que te espero para crecer juntos,
donde pueda oír tus pasos
dándole sentido a los míos.

Podrías acaso ser esa nueva razón
por la cual levantarme cada día,
respirar el fresco de la mañana
y dedicarte mi fuerza de voluntad y de ser.

Aún no has llegado y yo te espero
con esta forma de felicidad
que no conocía hasta que supe
que pronto vendrías a mi vida.

Mi vida será tuya por completo
y cada vez que te vea sonreír,
harás salir al Sol,
aunque falte mucho para que amanezca.

Deseo verte muy pronto,
tan pronto como sea posible
en este goteo de semanas
que me colma de ansias.

Acércate, dame un abrazo,
toma mi mano y déjame enseñarte
todo el mundo que existía antes de ti
y la eternidad que trajiste contigo.

Sé que algún día podrás leer esto
y verás tu reflejo entre líneas,
y sabrás con tierna exactitud
con cuánta emoción esperé tu llegada.

Tú siempre tendrás mi calor,
aun si estamos lejos,
y tendrás mi promesa de que
donde o cuando sea que estemos,
yo te esperaré como en el principio
para vivir por siempre unidos
por este vínculo que no podrá romperse jamás,
ni por el tiempo ni por el espacio.

Te espero...
como ayer, como hoy y como siempre,
en esta vida que comienza contigo.

Con amor,
tu padre.