22 de julio de 2013

Perdóname

Perdóname,
por no tener el valor para dejarte ir,
porque sin ti no puedo,
porque sin ti no debo.

Perdóname,
trato de seguir este camino
ignorando lo que siento y lo que soy
desde que encontré tus ojos iluminando mi destino.

Perdóname,
y créeme lo que te digo
cuando lo digo con este corazón sincero
partido en fragmentos de dolor.

Perdóname,
porque si bien la vida sigue, aunque tú ya no estés,
no quiero un mañana sin ti,
no puedo otro mañana sin ti.

Perdóname,
no le niegues la oportunidad de ser perdonado
a un hombre enamorado.

Perdóname,
porque, aunque este cielo se caiga
y me arranquen en pedazos la carne de mis huesos,
ningún dolor es tan profundo como tu ausencia.

Perdóname,
tú eres mi pasado, mi presente y mi futuro,
y allí quiero que estés para siempre.

Perdóname,
para que yo pueda perdonarme
por todo el tiempo que se ha perdido lejos de ti.

Perdóname,
ahora que lo pienso
debí llegar siempre puntual
para no perderme ni un segundo de tu calor.

Perdóname,
setenta veces siete perdóname
y haz que el brillo de mis días
vuelva cuatrocientas noventa veces al año.

Perdóname,
por haberte herido
cuando tú sólo confiabas en mí.

Perdóname,
y hazme despertar de esta pesadilla
de no poder tenerte conmigo.

Perdóname,
por no aceptar la derrota,
por no darme por vencido,
por no parar de insistir.

Perdóname,
vuelve a mis brazos, a mis labios y a mi lado izquierdo
y perdóname.

Perdóname,
aquí en este universo toda ley es un absurdo
sin tus manos creando el orden de las estrellas.

Perdóname,
ahora que aún es tiempo de que me perdones
y arráncame de esta miseria
la cual gané cuando te perdí.

Perdóname,
sin que deba repetirlo tanto,
sin que duela repetirlo tanto.

Perdóname,
aunque ahora, después de todo,
también es necesario que me perdones
porque ya no estoy dispuesto
a seguir siendo parte de este juego.

Perdóname,
porque ya entendí que diga lo que diga
tú ya no quieres que yo te pertenezca;
nadie sabe lo que tiene hasta que le pertenece a alguien más.

Perdóname,
cuando y por si acaso lo creas necesario,
el día que comprendas que por lo menos
una vez en la vida todos pediremos perdón...
Perdóname.

20 de julio de 2013

Te vayas a donde te vayas

Siento que los días han ganado horas desde que no estás,
tratando de entender cómo es que terminan
y tú no estás aquí para poner todo en su lugar.

Un nudo en la garganta mientras te suelto,
nada ha sido más importante que tú,
pero te dejo ir porque es lo menos
que puedo hacer después de todo.

Tanto que fue dicho
cuando nuestro amor nos separaba del mundo;
volamos, flotamos, caminamos y fuimos invisibles,
y ahora sólo encuentro este mundo
el cual no sé recorrer sin ti.

Se fueron los caminos,
hoy ya no está la banca del parque,
ya no juegan los perros en la grama,
desapareció todo en un instante.

Lo que nunca desaparecerá
será este amor que ya no pude darte,
la fuerza de mis abrazos que ya no fueron,
la sinceridad de mis besos en tu frente y en tus manos.

Fue un placer ser sólo tuyo este tiempo,
lo seguiré siendo sin que lo sepas
y en otra dimensión más feliz
nuestros otros nosotros disfrutarán
de todo cuanto en esta realidad quedó suspendido.

Para siempre serás lo mejor que me pasó,
mi alter ego, la mitad que le hacía falta
a mi lado izquierdo en todo lugar.

Te vayas a donde te vayas,
estés en donde estés,
siempre serás mi 31 de mayo.
La mejor época y la lluvia soleada más dulce.

19 de julio de 2013

Me veo caer

Quiero decir mil cosas y maldecir sólo unas cuantas,
pero termino diciendo sólo unas cuantas
y maldiciendo mil cosas.

Algunos días deberían poder borrarse para siempre
cuando las cosas salen mal,
cuando todo pasó de gris a completo oscuro
y la noche es sólo una continuación de todo.

Me veo caer,
algunas veces logro flotar
y otras veces me arrastro
como se arrastran y desaparecen las nubes.

Quiero ver por una vez,
al menos una sola vez
el camino limpio y sin fracasos,
porque duele tanto tropiezo.

Quizás en uno de estos días
vuelva a sentir las cosas como solía sentirlas,
o tan siquiera recordar lo que se siente
no tener miedo, miedo a caer y a levantarme.

Desaparecer parece atractivo,
aquí se adoran sepulcros y se apedrean a los vivos.

Sentir no es suficiente,
dejar de sentir, tampoco;
hablar no siempre funciona,
callar, tampoco.

Cuando el equilibrio es poco,
las cosas pierden el sentido de pertenencia
transformándose en este desorden acumulado
que quiebra y desespera.

Un día, algún día podrá volver todo a la normalidad,
cuando yo le haya dado la espalda a todo y a todos,
porque al parecer de frente nada logra avanzar;
sin embargo, algunas cosas deberían retroceder.

Voy a la orilla del abismo,
o todo cambia o nada parecer tener algún sentido.