22 de marzo de 2013

¿Por qué somos amigos?

Somos amigos porque nos gustan las mismas cosas: un abrazo sin necesidad de un motivo específico; una mirada que diga las cosas que las palabras no pueden; una caricia al acercarnos en silencio buscando compañía.

A ti te gusta pensar que fuiste tú quien me encontró y a mí me gusta saber que fui yo quien te eligió.

Después de todo no somos tan distintos, aun cuando yo sigo teniendo mis cuatro patas sobre la tierra y tú desde que levantaste dos de las tuyas creíste haber alcanzado el cielo. Pero no, sigues tocando el suelo... Desde aquí abajo, con mis patas o tus pies bien puestos sobre la tierra, no somos tan distintos tú y yo después de todo.

Por eso persigo tus pasos por toda la casa y me acuesto a la par tuya mientras miras la televisión, esa que no entiendo, porque yo disfrutaría más de un atardecer contigo.

Por eso levanto mis orejas cuando me hablas y te escucho con atención por si en una de esas me dices un Te quiero que, aunque no lo sepas, lo entiendo y lo siento cuando lo dices.

Por eso me ganan los nervios cuando estás por irte, este miedo natural al abandono me hace pedirte con mi lenguaje corporal que te quedes y no me dejes.

Por eso cuando vuelves unas horas después celebro tanto el que estés aquí conmigo, con una danza descontrolada que te dedico todos los días de mi vida.

No te pido mucho, sólo que me protejas como yo a ti.

Sé que algunas veces hago cosas que no entiendes, pero no las entiendes porque estás muy ocupado siendo humano y te olvidas de las cosas que realmente importan: el sonido del viento allá afuera; el rastro de todos nuestros sueños esparcidos por las calles de la vida; jugar a que no existe el tiempo y correr en libertad sin que nada nos detenga, excepto nuestro fiel sentido de pertenencia que nunca permitirá alejarnos el uno del otro más de lo necesario.

Vivo para ti, para que nunca te sientas solo, para que rías conmigo o llores frente a mí; en ambos casos tendrás mi mirada para recordarte que, aunque tu mundo sea tan extenso y complicado, mi mundo tiene tu nombre y es todo cuanto existe para mí.

Por eso somos amigos, porque un día creíste en mí y desde entonces yo nunca dejé de creer en ti, en que estarás siempre conmigo y en que volverás cada vez que debas irte.
Yo estaré aquí con mi emoción de siempre esperando a que regreses.

Con amor,
tu amigo más fiel, tu perro.