14 de enero de 2013

Por mi parte

Hay algo de ti en estas noches sin dormir
y en este frío fingido de la madrugada,
todo tu silencio con el que decías quererme
y lo vacío del calor de tus manos.

Fuimos dos desconocidos jugando al amor
en días cuando la gente
se ha olvidado por completo de cómo amar,
de cómo olvidarse de sí mismo para poder amar.

Suspendidos en aquel día,
bajo el cielo gris de una ciudad colonial,
quedaron los párrafos que te dediqué
creyendo en suspiros, respirando en falso.

Borrar tu recuerdo ha sido cosa fácil;
recordarte cuanto he querido, también.

Por un instante esas calles se han vuelto absurdas,
aquella banca del parque volvió a ser de piedra
después de ser nuestro refugio improvisado
para hablarnos al oído y jugar al amor.

¿Desde cuándo eso es un juego?
Desde siempre, tal vez.
Pero después de todo sólo queda aprender
que hay que amar al corazón que te hiere
pero nunca se debe herir al corazón que te ama.

Por mi parte,
ese último beso fue sincero,
lo necesité tanto como respirar
cuando creí necesitarte para vivir.

Días felices, que tengas muchos de esos
y en uno de tantos quizá recuerdes con nostalgia
mis silencios que rompí para hablarte de amor.

Tristemente será tal vez cuando alguien más se encargue
de darte su silencio con el que diga quererte
y sientas el vacío del calor de sus manos,
y encuentres todo ello en una noche sin dormir,
en el frío fingido de una de tus madrugadas.

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