24 de septiembre de 2012

Ese camino

Es allí donde te encuentro
siempre que vuelvo a necesitarte,
en ese camino pintado de recuerdos tuyos
que aún visito de vez en cuando
para verte a pesar de que estés tan lejos.

Ese camino guarda meses de mi vida,
meses que cambiaron todo,
tantos días en los cuales
entre mi silencio te dije cuánto te quería.

Tu voz aún rebota entre las paredes
y los árboles de aquel camino
que se congeló en el tiempo,
el cual nunca he dejado de ver
igual como cuando estabas aquí.

Tú ya no eres la misma, yo tampoco.
Pero en ese lugar de alguna forma
seguimos siendo los de ayer,
el par de extraños que debían dejar de serlo.

El viento sigue corriendo suave
como en aquel septiembre,
el cielo vuelve a estar sin nubes
y mi mano sigue pidiendo que vuelvas.

No creerías cuánto sigo pensándote,
todos estos años no han podido borrar
cada detalle de tu rostro suave
ni tus pasos a los que, sin que tú supieras,
les puse ritmo y hoy son la canción
que me acompaña cada vez que te recuerdo.

Ese camino tiene tu nombre,
allí nunca amanece ni anochece,
allí siempre son las cuatro de la tarde...
una tarde de septiembre.

Abrazarás a otro, ¡maldición!
Estarás abrazando a otro (duele),
y mientras tanto yo sigo aquí
encerrado en este camino
que te mantiene vívida para mi bienestar gris.

Sea como sea, lo que siento sigue intacto,
firme y fiel como un prolongado suspiro
que empezó cuando te vi por primera vez,
continúa hasta el día de hoy
y terminará hasta que yo muera.

(Gracias, camino. Volveré muy pronto).

18 de septiembre de 2012

Déjate pensar un tiempo más

En el suave silencio de la noche
encontré tu voz hablándome al oído,
esa que despierta todo en mí,
la misma que ahora se ha ido.

Dormir no es sinónimo
de dejar de pensar en ti,
a veces algunos recuerdos
se convierten en el pulso de nuestras venas.

Déjate pensar un tiempo más,
aquí en mi mente eres siempre bienvenida
para ser el motivo de que mis piernas
aún soporten todo el peso del cielo.

Ya no estás aquí,
hoy ya no eres parte de estos días
y sin embargo me niego a soltarte,
sigo sintiendo ese último abrazo tan nuestro.

Cerrar los ojos no significa
dejar de verte envuelta en tu luz,
ni el frío que entra por la ventana
logra apagar el calor que dejaste en mi piel.

Larga y taciturna la vida sin ti,
el silencio en el que vivo
nunca será placentero
como el silencio que disfrutábamos juntos.

Y no es que viva en el ayer,
es que después de ti el tiempo dejó de dividirse
en pasado, presente y futuro,
hoy vivo en una esfera que lleva tu nombre.

Tal vez un día vuelva a encontrarte,
y me mires de lejos con ese par de estrellas
con que percibes las siluetas y los colores,
quizás en ese momento, aunque sea un instante...
yo vuelva a estar vivo.

13 de septiembre de 2012

Verte

Verte a los ojos
es recordar que es posible soñar despierto,
es encontrar el camino
al universo que guardas dentro.

Tu mirada profunda,
todos esos sueños que te hacen ser quien eres,
llegaste y todo fue luz
en la paz que encuentro en tus ojos.

No hay palabras,
imagino el movimiento de tus manos,
necesito que estemos cerca
abrazados en un suave atardecer.

El viento que acaricia a tu rostro
sólo es la muestra de gratitud
de este mundo que sostiene tus pasos,
esos pasos que espero te traigan conmigo.

Ven pronto y no te vayas nunca,
tu mirada es mi nuevo motivo
para vivir y respirar por ti,
eso y tus labios que dibujan ternura.

Hoy te veo y extiendo mis brazos
en señal de total felicidad
por haber encontrado tu camino
y desear unir el mío con el tuyo.

¿Ya hablé de la paz que me da tu mirada?
Este mundo es cada vez más oscuro,
tanto ruido, tan poca calma;
tú me miras y todo alcanza equilibrio.

Verte a los ojos
es alcanzar la tranquilidad,
es poder moverme de un espacio a otro
sintiéndome vivo al fin.

Verte, sólo verte,
eso es todo lo que quiero...
Eso es todo cuanto necesito.