30 de enero de 2012

Te quedaste dormida

Y nunca supe si en alguno de tus sueños
me abrazaste para no soltarme.
Te quedaste dormida
y jamás entendí si la luz del día
se apagó al caer el sol
o hasta ver caer tus parpados.

Cuando el silencio llenó la distancia
la noche cubría tu piel
y vi volar un ave hasta atravesar la atmósfera
para convertirse en nuestra propia luna.

Sigue soñando
mientras que yo grabo en mi memoria
tu respiración y tus latidos
para nunca olvidar la ternura de tu quietud.

La inocencia de tus ojos cerrados
trajo calma a mis pensamientos abiertos
que dedicaron un susurro que no nació
y se resignó a ser un profundo suspiro.

Mientras dormías esperé volver a tocar el suelo
y me descubrí soñando yo también,
debió haber algo sagrado en ese momento
en el que todo pareció perfecto,
en el que todo se volvió eterno.

Te quedaste dormida
y fue un instante precioso,
tal vez soñabas que podías cambiar al mundo
pero mientras dormías yo cambié,
porque al sentir tu paz alcancé la mía
cuando te quedaste dormida.

4 comentarios:

Moniquita dijo...

Qué manera tan linda de empezar un día frío como hoy!!! Me ENCANTÓ este poema vos, qué inspiración!!! Se te desborda la sensibilidad, vehá?! =) Feliz día my friend!!! Un abacho

Oscar Estrada dijo...

Lo mismo pensé yo, es justo para uno de esos días grises. :) Muchas gracias Monica, me alegra que te encantara. Que tengas un día perfecto también, dos abrazos de vuelta!

Ale Barrios G. dijo...

Que lindo!!! Como te he dicho varias veces tienes un don especial. Esa magia de hacer de las palabras tus mejores aliadas. :o)

Oscar Estrada dijo...

Muchas gracias Alejandra, por ser y estar. Que la magia te acompañe, un abrazo.