29 de agosto de 2011

Te llevo siempre conmigo

Empiezo a creer que te hiciste polvo antes de tiempo
y que hay algo de ti en todas partes,
sobre todo, en el viento frío
como también en el calor de mis mañanas.

Estás en el silencio de las noches
y también en el ritmo de las gotas de lluvia,
en los colores de las tardes
y en la palidez de mis sueños.

Te siento cerca, aunque no sé dónde estás,
veo las montañas y pienso en tu figura,
cierro los ojos y aparece tu silueta
caminando por las calles que una vez
fueron sólo nuestras.

Quiero creer que estás en las flores,
porque al marchitarse las coloco en mi ventana
para que entre tu aroma constantemente
y me conceda recuerdos tuyos
aun cuando la vida me obliga por instantes a olvidarte.

Empiezo a creer que estás aquí.
Quiero creer que estás aquí,
en cada sonido cotidiano
y hasta en las voces lejanas de los desconocidos.

Te permito estar en todas partes
porque siempre me agradó tu compañía;
en las canciones de las aves entre los árboles
y en el sabor y olor de todas las frutas.

Ojalá estés aquí siempre,
en la calma del pasado y en el vibrante futuro,
en la risa de los niños y en el callar de los ancianos,
en todas mis letras y en mis últimas palabras...
Te llevo siempre conmigo.

1 de agosto de 2011

Mujer sencilla

Eres tan sencilla,
con lo simple de una hoja en blanco
que invita a la creatividad.

Un para siempre no es suficiente
para tu mirada de jade real
y tu sonrisa de amanecer latente,
fuiste un sueño, un pensamiento,
hoy eres sencillamente tú.

Si dijeras ser una estrella lo creería,
si fueras tan sólo un rayo de luz
lo esperaría todas las mañanas al despertar;
no hay razón en la distancia,
los astros iluminan aun desde lejos.

Al verte andar por entre calles coloniales
de colores desgastados de historia,
tus pasos reviven mil años de primavera constante
sobre el suelo que sonríe a través de las flores
llenando el cuadro simétrico de tu llegada.

Manos llenas de letras que aún no se han escrito,
labios de versos que aún no has pronunciado
y sin embargo ya has dicho todo con tu existencia,
con tu cabello al viento,
llenas de poesía los vestigios de la nostalgia.

Eres tan sencilla,
con lo suave de un lienzo en blanco
que invita a la plástica, que vuelve pintor a cualquiera.

Eres ella, porque así te gusta que te llamen;
sin decirte bella, sin vituperar lo que a simple vista eres,
así de sencilla, así de simple
como una roca que invita a liberar una nueva escultura.

Eres tan sencilla,
con lo simple de ésta hoja
que estaba en blanco antes de conocerte...
Mujer sencilla.