7 de diciembre de 2011

Quisiera decírtelo

Quisiera decírtelo
sin temor a que me digas que no lo diga,
con una línea vertical en la garganta
en lugar de un nudo sin sentido...
Quisiera decírtelo.

¿Qué puede salir mal?
A cualquiera le puede pasar.
No digas que no, déjaselo al tiempo.
¿Qué más puede salir mal?

Guardo tu mirada oscura
abrazando silencios entre el frío,
borrando las coincidencias perfectas,
razones para vernos a los ojos;
imagina los colores de una lluvia de estrellas
emigrando desde el cielo a tus pies,
lluvias que te hacen vibrar...
Abrázame, sólo abrázame.

Entiéndeme, tu nombre está en todas partes,
como esa línea vertical que facilita las cosas
y trae palabras de aliento
en las tardes cuando no te tengo cerca.

Quisiera decírtelo,
a veces siento que puedo
pero entonces recuerdo que han invadido los nudos,
en mis manos, en mis palabras, en mis planes de mañana.

Puedo decírtelo, pero no quiero,
o tal vez quiero, pero he decidido no poder
para que todo aparente estar bien
aunque aquí adentro algo grita:
¡Te quiero!