22 de octubre de 2011

Cada vez que oigo tus pasos

Cada vez que oigo tus pasos
recuerdo que hay otros sonidos
aparte del que hace tu voz,
sabes de sueños y también de realidades,
que la realidad no es más que un sueño.

Hay veces en que los segundos
se vuelven primeros derritiendo los minutos
como un cuadro de Dalí;
puede desintegrarse el cielo entero
que estando contigo no me importa.

Hay otras veces en que tu mirada
me dice lo que un millón de palabras nunca han podido,
como cuando dices que me acerque
o que te abrace... Y sin mover los labios.

Sin mover los labios dices tantas cosas,
y francamente prefiero tu mirada
antes que toda la elocuencia existente,
me miras y todo tiene sentido.

¿En dónde estuvo tu camino todo este tiempo?
Que alguien me explique eso.
¿Había acaso vida antes de ti?
Parece que no.

Que todos los días sean grises
para buscar refugio en tu calor y tú en el mío,
que nos mienta el reloj todo el tiempo.

Que la vida se quede estática junto a ti,
que tus manos se vuelvan en el viento que corre,
que tus pasos me traigan a la realidad
siempre y cuando esa realidad sea contigo.