30 de octubre de 2010

¿Tenemos un acuerdo?

Una tarde de sol que está tan fría sin ti,
con la basta ausencia de tus palabras,
sintiendo largos los segundos
que agotan mis sentidos...
Nada tiene sentido hasta que estás aquí.

Un anillo de papel
que simboliza los sueños que tenemos juntos,
sin importar lo que ha de venir,
nuestros pasos ahora corren paralelos
por la ruta de la vida,
una cosa más que tenemos en común.

Aquel día en que nos vimos la primera vez,
entre Roosevelt y San Juan,
tu espalda sugiriendo caminos por recorrer
y mis manos prestas al encuentro de tu piel,
despeinados y con sueño
pero más vivos que nunca.
Las casualidades son para los enamorados...
Una excusa más para encontrarnos.

Entre aquel día y hoy
ha nacido un sin fin de emociones,
entre tus labios y los míos
no es justa la distancia,
es tan inevitable perderme en tu universo
de números, risas y conversaciones,
de pronto todo es perfecto
cuando contradecimos juntos al destino
que no es nada más que una fábula...
Mis perros también te extrañan.

Deseo que todos los días sean a tu lado,
que todos mis mañanas sean para ti,
para envolvernos en abrazos, sonrisas,
suspiros y susurros al oído
que pronunciemos con encanto, sentimiento
y una pizca de travesura inocente
que nos haga volver todo el tiempo
el uno al otro como un hogar que siempre nos espera.

Te esperé, y ahora que te tengo
no quiero soltarte nunca.
¿Tenemos un acuerdo?
Mi respuesta la tienes desde siempre...
Quiero estar para siempre contigo.

9 de octubre de 2010

Tu amor lo es todo

Es posible querer bastante,
perdonar lo suficiente,
abandonar el sendero trazado,
dormir sin despertar al día siguiente,
pero imposible obviar en nuestra mirada
el amor sincero, una felicidad anhelada,
una paz tan grande como la profundidad
de nuestros sueños.

Cuánto podré yo amarte
si es necesario un millón de estrellas
para comparar las veces que pienso en ti
en un solo día, duplicado por las noches.

Ahora mi única excusa para dormir
es soñar contigo, cosas que pasarán
cuando estemos despiertos y juntos los dos,
asimilando la naturaleza de nuestro amor...
Cómplices en días que recordaremos para siempre.

Beso este instante
en el que vuelvo a pensar en ti,
yo era uno de muchos hombres solitarios,
que no tenía más tiempo
que el que marcan los relojes,
pero hoy que estás aquí
toda hora es elástica...
Mientras estoy contigo se encoge,
cuando estoy sin ti se estira.

Qué hacer para detenerlo todo
y así nuestro encuentro dure un solo segundo
que se quede suspendido eternamente.

Bajo las sombras que dibuja el cielo
pienso en ti y demando tu regreso,
doblegado a la voluntad de las circunstancias
pero convencido de tener el poder
para ordenarlo todo y apresurar tu llegada.

Hay poder en el amor,
pero hay más amor que poder...
Tu amor lo es todo para mí.

4 de octubre de 2010

Qué bueno que llegaste

¿Realmente pensaste que no te encontraría?
Tus labios, tu forma de hablar,
los pasos que has dado hasta hoy sin mí,
todo ha sido un sendero en el tiempo
el cual me trajo a ti.

Te veo un tanto lejos,
tu mano extendida,
un beso tuyo a distancia mientras los dos sabemos
que no es una despedida sino un hasta pronto.

Todos tus besos que, con dulce ironía,
aunque tibios, enfrían hasta el hueso,
besos que no son prohibidos
porque son tuyos y míos… De los dos.

Encontrarte es dedicarte cada suspiro,
cada acción de paz entre guerras inéditas;
qué importa si es hasta hoy,
encontrarte valió la pena esperarte,
tocarte mejor que soñarte… Debo amarte desde siempre.

Fue tan emocionante verte por primera vez,
reconocer tu calor y aroma en un abrazo,
llevo toda una vida buscándote.

Podría estar contigo siempre admirando tus manos,
escucharte y esperar la siguiente sonrisa,
verte andar y con eso comprender
el misterio de por qué la existencia
permanece en constante movimiento;
nada al azar, todo calculado como tus huellas en mi imaginación.

Pero nada se compara a llevarte en el corazón
como parte de mi vida ahora que mi vida es tuya.
Qué bueno que llegaste.